Que soy volcán cuando me atacan,
erupto la lava adrenalítica
guardada en la cava de los años
de presión interna de fuego.
Temblorosas que fueron mis manos,
mi conciencia y mis acciones,
ahora son movimientos sísmicos
que levantan poderosas montañas,
cambian los cursos de los ríos,
en morrena arrastra las miserias.
Géiseres de agua dulce cálida
que fueron mis lágrimas azules,
hirviendo salen ahora como llamas
que achicharran al creído ignífugo.
Me sometiste de pequeño renacuajo,
oh, Gulliver iluso, cómo he cambiado
Tan poderoso como Sansón,
tan ingenioso como David.
Témeme, haces bien en temerme.
Quemo. Destruyo. Ahogo.
Pero para ti, también soy volcán
pero de pasión, tímido, de amor,
de tipo hawaiano que abrasa
y te hace fuegos artificiales
en ese mar verde de tus ojos.
Me acurrucaré en tu ladera,
porque tú me haces fuerte.
Tu piel herida es la piedra
que construye mi fortaleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario