Un día,
tú y yo
podremos avanzar sin espalda.
No
necesitaremos del giro
No será
preciso comprobar que dejamos atrás otros días
para
seguir adelante
Ese día,
no
existirá el pegamento para los labios,
ni las
gafas oscuras para los rayos ultravioletas de la verdad
que
tanto molestan
Reducidos a polvo todos los muros
quemaremos
en la hoguera de lo absurdo nuestras ropas.
La
desnudez será signo inequívoco de autenticidad y limpieza.
La piel
no será frontera sino puerta abierta,
y los
ojos más que ojos serán lenguas
que en
las miradas se enlacen y se digan todo
Claro
ante todos
que
somos un todo indisoluble de partes todas necesarias
desterraremos
para siempre la necesidad de crear propiedades,
de
establecer vínculos que vayan más allá
de lo
que dicta la naturaleza
..y en
nuestra libertad,
en
nuestro no ser dueños más que del aire
y de
nosotros mismos y lo que nos une
cavaremos
hondo en la tierra
hondo,
muy hondo..
hasta
alcanzar su centro
Podremos enterrar entonces y fundir por completo
en su
magma todos los desencuentros
que fue
creando el hombre enfermo de egoísmo
a
través de los siglos
Después,
cuando
se extinga el humo de nuestra hoguera
y no nos
quede más que un seco hollín
como
laurel de victoria sobre las frentes
Tú y yo...
seguiremos
adelante,
como
teníamos previsto,
sintiendo
que no hay espalda
ni
necesidad alguna
de
girar la cabeza
Amaya
Martín
3 comentarios:
Que bello resulta el verso que poco a poco se convierte en tu mano magistral en poesía, en sueño, en el deseo de un mundo mejor, donde no quepan las miserias del día a día...Tienes siempre la originalidad de convertir lo cotidiano en sublime... Un abrazo de azpeitia
Hermosos sueños, en un tiempo que camina al reves, a contramano de los poetas.
Me gustó tu poema.
Saludos desde El Bierzo.
Un lujo sentirte como siempre amiga
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