¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora?
¿Qué miran los poetas andaluces de ahora?
¿Qué sienten los poetas andaluces de ahora?

Cantan con voz de hombre..
¿pero dónde los hombres?

..con ojos de hombre miran,
¿pero dónde los hombres?

..con pecho de hombre sienten,
¿pero dónde los hombres?

Cantan, y cuando cantan
parece que están sólos...

Miran, y cuando miran
parece que están sólos...

Sienten,..y cuando sienten
¡parecen que están solos!..

¿Es que ya Andalucía
..se ha quedado sin nadie?

¿Es que acaso en los montes andaluces
..no hay nadie?

¿Es que en los mares y campos andaluces..
no hay nadie?

¿No habrá ya quien responda a la voz del poeta?
¿Quien mire al corazón sin muros del poeta?

¡Tantas cosas han muerto..

que no hay más que el poeta!

¡Cantad alto!
..Oiréis que oyen otros oidos.

¡Mirad alto!
Veréis que miran otros ojos...

¡Latid alto!
..Sabréis que palpita otra sangre...

No es más hondo el poeta..
en su oscuro subsuelo, encerrado...
Su canto asciende a más profundo
cuando , abierto en el aire..,
ya es de todos los hombres...

Rafael Alberti

Tercer Encuentro

sábado, 30 de julio de 2011

RICORDI




Recuerdo

que la bruma barre escarchas de voces con Alzheimer,

que las cuerdas se fragmentan cuando el arco obstaculiza el fluir de rayas y firmamentos,

que anochece cuando el Sol se eleva

y oscurece el estero la sombra perturbadora de unas estelas de musgo.


Recuerdas

que éramos cayados sin autoridad,

que arenas movedizas expulsaban nuestros programas a la vista de los batracios y las garzas,

que esparcían confusiones de granos y guijarros de nuestros trinos, lisiados por las hojas de unas mordazas.

¡Se enderezan las urnas encerradas en neveras!


Recuerda

la rueda hincada en la vereda que el látigo es arpa y es dardo en el paisaje difuminado.

Y recuerda la acémila, azuzada por el jinete, que son púas las que pintan en los cascos

flores variadas de papel y ascuas.


Recordamos

que se salva el ala del colibrí rebelde,

que la sopa hirviente es agua fresca de aquel primer Manantial,

que el guiso espeso en las cazuelas es regusto agrio del olvido,

que digerir relatos pasajeros ayuda a conciliar narcosis de guepardos con carey.


Recordáis

que sin cosquillas la risa es zurita cana,

que sin dolor catártico los féretros no revientan cerrojos,

que sin reflejos en artísticos patines lo noble se corrompe en encías de jumentos.


Recuerdan

los descuidados el golpe amargo que fue para ellos alivio contra las dudas;

porque hesitar es el motor que encauza a las piernas perdidas en estos mundos;

porque inyecciones de aspartamo son moqueros que enjugan las lágrimas más crecidas.



Cuando me haya retirado,

Cuando te hayas apagado,

Cuando se haya disipado,

Cuando nos hayamos escabullido,

Cuando os hayáis desvanecido,

Cuando se hayan aballado los últimos luceros del alboreo


no sé qué reminiscencia

quedará editada en la bóveda celeste

del desidioso Limbo.

Evocar es el quid que hoy navega por la Consciencia.


4 comentarios:

Verónica Calvo dijo...

Me ha gustado mucho este poema, tiene "algo" y me llega al puro instinto donde la mente no analiza.
Te felicito.

Un abrazo

Mª Antonia dijo...

Puro y muy emotivo, Rafael A.
...Los recuerdos "nos recuerdan" que estamos vivos, conscientes... La inconsciencia no es vivir.

Un abrazo

Lola Fontecha dijo...

Un recordar muy entrañable. Gracias

S dijo...

Hay muy pocos comentarios. Pero tres joyas han adornado una corona, y eso es mucho más de lo que merezco.

Los saludos míos más cordiales vayan dirigidos directamente a un trío de damas que es puro lujo.